Se controla la producción de los campos, a fin de que cumplan con todos los procesos de cultivo y recolección establecidos. Se controla la fibra, la hilatura, las salas de producción del tejido, los tintes y acabados, el corte y la confección de las prendas, es decir, todo el proceso queda regulado, además de que las personas involucradas en todos estos procesos tengan un salario justo y unas condiciones de trabajo adecuadas.

 Además, existen una serie de certificaciones que avalan que todo este proceso se cumpla, siendo el más importante el certificado GOTS (la norma textil orgánica global), el cual garantiza que en toda la cadena textil se sigan los criterios establecidos, tanto sociales como ecológicos.